PREMIO International FAIR PALY MENARINI
El Premio Internacional Fair Play Menarini se creó en 1997 y durante los últimos 25 años ha seguido mostrando la mejor cara del deporte, la del «juego limpio», la del respeto a uno mismo y al adversario, la de la no violencia y la no discriminación.
Hace un cuarto de siglo, este Premio se propuso concienciar a los jóvenes y las jóvenes deportistas de la importancia de ganar de forma justa, de contar con las propias fuerzas, de adoptar el sentido del sacrificio y de respetar las reglas
VALORES
El Grupo Menarini, al ver sus propios valores reflejados en esta misión, hace unos 10 años decidió asociar su nombre al Premio con la intención de destacar los principios y el comportamiento ético que conforman la base del juego limpio, en todos los aspectos, incluido el laboral.
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LOS "EMBAJADORES"
Los «Embajadores» de Fair Play, tanto en la esfera nacional como internacional, son campeones indiscutibles del deporte y la competición justa y entre ellos se encuentran nombres como Zico, Valentina Vezzali, Batistuta, Fisichella, Bergomi, Innerhofer, Carolina Kostner, Klammer, George Weah, Carlton Meyers, Michael Schumacher, Isinbaeva, Eriksson, Danilovic, Franco Lauro, los hermanos Abbagnale, Kukoc, Inzaghi, Giusy Versace y Castrogiovanni, por citar solo algunos.
Pero quienes suben al escenario en la ceremonia de entrega del Premio Fair Play Menarini no son solo los grandes campeones que todo el mundo conoce, sino también muchos otros deportistas que, aunque su buen hacer y juego limpio no hayan sido el centro de atención, son igual de importantes.
De hecho, el Premio Fair Play Menarini reconoce y premia a los estudiantes que sobresalen no solo en el deporte sino también en sus estudios; a los deportistas que se han convertido en un ejemplo para los demás al tenderle la mano a su adversario y ayudarlo a levantarse en un momento malo; y a los periodistas deportivos que, con profesionalidad y respeto, han plasmado en palabras no solo los partidos ganados, sino también los perdidos, evocando emociones y mostrando el lado más admirable del deporte, del mismo modo que lo hace el Premio Internacional Fair Play Menarinini.